martes, 3 de febrero de 2015

Mami no miente… ella me dijo…




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Estamos en la época de Navidad. Época de fe, de intimidad familiar, de encuentros con amigos, de procurar la paz, paz interior, paz en nuestros hogares, en nuestra sociedad.

Estamos de fiesta porque ha nacido el Dios con Nosotros… los niños llenos de entusiasmos se acercan al pesebre para mirar con curiosidad todo lo que sucede en tan pequeño lugar, en tan hermoso lugar… en tan pobre lugar… Los niños viven la alegría de la navidad.

Villancicos, cenas entre familias y amigos, intercambio de regalos… pero sobretodo la hermosa vivencia de la Santa Misa de Navidad… de todos esos días donde se adora al Divino Niño Jesús… donde se saborea el dulce de la Eucaristía.

Mas, que sorpresa tan penosa, cuando escuchamos de los labios de dos hermosas niñas… que Dios no existe… en plena navidad. Dos niñas que creen en las palabras de su madrecita, quien ha escogido este tiempo, para enseñarles que la Navidad no es el nacimiento del Mesías… porque Dios no existe, Dios es simplemente un cuento de hadas, una invención de los hombres.

Y las niñas, enojadísimas con todo aquel que les hable de Dios, les hable del pesebre de Belén, les hable del Niño Dios…Es inconcebible, para sus mentecitas pensar que su mami les va a mentir. No, ni pensarlo siquiera. Su madrecita jamás las engañaría… Ellas confían en ella, a  quien tanto aman.

La mamá, por rebeldía con Dios o porque se canso de Dios, ¿quizás? Por entrar en doctrinas llamativas que niegan la existencia de Dios, ¿quizás?  Porque lleva una guerra a muerte con el papá de sus hijas, quien desea cultivarlas en la fe, ¿quizás?  Por las razones que solo ella conoce… la mamá está decidida a robarles la fe a sus pequeñas. A llevarlas a rechazar la fe,  a sacar a Dios de sus corazones, de sus mentes, de sus vidas.

La niña pequeña de 6 años, daba gusto como buscaba a Dios en la oración, en medio de los problemas cotidianos, o simplemente cuando algún miembro de la familia estaba en necesidad apremiante, ella oraba y pedía que orara por ese familiar o amigo. Muy dócil y dada a las cosas de Dios.

La niña mayor de 13 años de Dios. Cuando algo no comprendía o desconocía de la fe, de la religiosa, de las costumbres religiosa, preguntaba y escuchaba atentamente las respuestas. 

A penas unas semanas y ya la niña mayor se burla de los cristianos, ridiculizándolos. Se vuelve agresiva en sus palabras, gestos y actitudes.  La niña pequeña está confundida, pero, si mami lo dice es porque mami conoce la verdad.

Quitarle a Dios,  a los niños, es desnudarlos de la protección de la fe. Es abrir la puerta a experimentar, a vivir lo malo como bueno y lo bueno como malo. ¿Cómo explicarle a un niño que es malo desobedecer?  Solo la fe nos hace obedecer. ¿Cómo enseñarle a un niño que debe procurar siempre el bienestar y la felicidad de los demás? ¿Cómo enseñarle que “sacrificarse por los demás”,  “dar” y “servir” a los demás es causa de verdadera felicidad?  Solo el amor a Dios nos hace vivir la caridad en todas sus dimensiones.  ¿Para qué buscar ser buenos, si Dios no existe?  Dios es la bondad misma… si no hay Dios,  no existe la bondad… no hay por qué cultivarla porque no existe. 

Todo lo bueno esta en Dios, porque la bondad es Dios mismo… Dios es su fuente, la naturaleza divina es bondad plena… si no hay Dios no existe la bondad… Las sociedades serian un caos… humanidad arrogante, soberbia, egoísta, exigente… donde  el fuerte, el sagaz, el astuto, prevalece… donde la justicia de la calle se alimenta de la venganza de sangre: “ojo por ojo y diente por diente”…
Sin Dios en el corazón, sin ser Dios el centro de la vida… es una sociedad que regresa a la barbarie… ¿Es eso, lo que desean tantos padres y madres de familias,  en ese empeño de  enseñarles a sus hijos que Dios no existe???

Hijos sin conciencia de pecado… si Dios en sus vidas… son hijos enlistados en la desdicha  la cultura de la muerte…


Desde la Soledad del Sagrario

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