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En este Año de la Fe, hemos
recibido el llamado a visitar la Iglesia, donde fuimos bautizadnos de niños, ir
a la Pila Bautismal y allí recogernos y hacer un momento de oración.
Seria hermoso que toda la
familia se prepara para acudir de peregrinación, a cada Iglesia donde fueron bautizados, y ante
la pila bautismal, hacer una oración personal y en familia.
¡Qué catequesis tan sencilla y
tan impactante!!... reciben los hijos y toda la familia. Bueno,
sería bueno que los abuelos también participaran en la peregrinación…
enriquecería mucho mas la experiencia de fe en familia.
Los niños deben aprender que
con el bautismo se inicio un camino de fe… y que en estos momentos… van
caminando por ese camino cuya meta es la santidad.
Cuantas cosas pueden hacer los padres, antes de iniciar la
peregrinación como preparación espiritual. Sacar los álbumes, donde los niños contemplen
el momento del bautismo. Una conversación que gire en lo que significa, en el
valor, en la grandeza del sacramento del bautismo, abundando en lo que la
Iglesia enseña, en textos bíblicos que hablan del bautismo.
Si los abuelos participan en la
conversación, pueden dar sus experiencias cuando llevaban a sus hijos a
bautizar, pero también pueden recordarles a los nietos como era el bautismo en
el tiempo de los bisabuelos, la tradición familiar y las costumbres de esa
época. ¿Cómo se preparaban? Lo que significaba para la familia la ceremonia del
bautismo, la fiesta. En fin, toda una catequesis que conlleva el regreso a las
raíces de esa vida de fe en la familia.
¿Se imaginan… regresar a ese
momento donde bautizaron a cada uno de sus hijo?. ¿Cómo fueron los preparativos
espirituales para ese bautismo? ¿Qué significo para ustedes el bautizar a sus
hijos? Ese compromiso que se hizo en ese momento… ¿Cómo se ha ido desarrollando
en la vida familiar, y en la vida del bautizado? Nos sirve para autoevaluarnos
ante Dios, de la responsabilidad adquirida en ese instante del bautismo de los
hijos… pero también… en la responsabilidad propia del bautismo personal.
Participar de la Santa Misa en
la Iglesia, si se puede, donde se bautizaron. Para agradecer, para renovar la
fe, para pedir gracias y bendiciones para la familia, para el bautizado en ese
lugar; para comprometerse con Dios a seguir el camino de la santidad personal y
familiar.
¡Qué mucho podemos hacer!
Podemos celebrarlo en grande… porque es grande el bautismo… la dignidad concedida
a cada bautizado, dignidad de elevarlo a la filialidad…”ser hijos de Dios”… “tener
a Dios como Padre”… eso es algo inconcebible para la mente humana, pero no para
el corazón que se asombra y maravilla ante tanto amor divino. Dios dándose a sí
mismo como herencia a sus criaturas. ¡Cuánto amor!, ¡cuánta bondad en el
Corazón de Dios!!... para sus criaturas que se abren a la gracia divina con un
corazón puro y humilde.
Amadas familias tomad en serio
la invitación que se nos hace en este
Año de la Fe… id con vuestros hijos a la Iglesia donde fueron bautizados, cada
miembro, buscad la pila bautismal… orad frente a ella. Dan las gracias por tan
hermoso regalo, regalo que somos indignos de recibir. Pedid la conversión
radical… tan necesaria para alcanzar la santidad.
Gozad de la peregrinación al
pasado. Vivid el presente con la alegría que nace al conocer nuestras raíces de la fe en la
familia. Planificar el futuro con el convencimiento de que todos los miembros
de la familia deben caminar juntos por el camino de la santidad.
¡Bendito sea Dios!!....
bendecid a Dios con la santidad de vuestras familias…bajo el manto de la
amantísima Madre Celestial.
Desde la Soledad del Sagrario
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