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¿Por qué será que hay tanta
ignorancia en tantos padres de familia? Ignorancia unida a una dejadez o pereza
en la voluntad de buscar, querer informarse y salir de su ignorancia.
Cuantos padres y madres
de familias tan ciegos que no ven que le están haciendo un daño irreversible a
sus hijos en la forma de educarlos en lo más básico. Daño que lleva a convertirse en un hijo sin fe,
sin respeto, sentimientos, sin modales, indisciplinados y sin educación alguna por más títulos que
haya ganado en la universidad.,
Hijos malcriados…hijos
que se les ha dado todo, sin medida y al gusto de ellos. Hijos que desde pequeños
conocen el arte de manipular a sus padres para sacar provecho propio en lo que
desean. Hijos que no se les corrige… dejándolos hacer lo que deseen. No se
permite que nadie les llame la atención o les corrija… el que lo haga se
convierte en el enemigo de la familia, sea quien sea, aun la autoridad civil... porque los padres se han negado a disciplinar a los niños...
En una ocasión, (y
cuantas en el mundo no hay en este momento), un padre estaba disfrutando de su
programa de televisión y llego la nena de cuatro años, sin mediar palabras le cambio el programa, quitando al padre del asiento y sentándose ella
a ver su programa favorito… El padre se levanto y la dejo.
Que mensaje y enseñanza le
está dando este padre a su hija: “Que
tiene derecho a exigir y se le debe respetar”, “Que no hay porque respetar el
derecho de los demás si va por encima del propio”. “Que tiene derecho a exigir
y recibir, se les atienda y le complazcan
en todo lo que deseen”. No hay que resetar a nadie…Solo ellos tienen
pleno derecho.
En otra ocasión la beba de la casa le gritaba histéricamente a
su mamá y esta accedía inmediatamente al reclamo de la hija.
¿Y qué tal? … cuando se tiran al piso, no importan donde estén,
o quienes están, dándole una perreta, gritando, dándose contra el piso, llenos
de rabia y odio porque sus padres no le complacen en lo que quieren… ya están acostumbrados
a recibir… a salirse con sus gustos. Los
padres acceden inmediatamente.
Niños mal educados,
caprichosos, soberbios, vanidosos, irrespetuosos, egoístas, perezosos, mal
hablados, violentos, agresivos, dispuesto a todo con tal de salirse con la suya…
niños dignos de lastima… a los que nadie
quiere al lado… que cuando adultos serán despreciados enajenados a la soledad.
Niños que se convierten
en el dolor de cabeza de sus padres, que toman caminos errados, buscan compañías
como ellos, y están en pelea con sus amigos por padecer la misma enfermedad: el
“yo” alimentado desbordadamente, peligrosamente.
Cuántos de estos niños, no
solo les levantan la voz a los padres, los mandan a callar, los insultan, sino también
les pegan. A veces son chiquillos de corta edad que se les han ido de las manos
a los padres.
No importa el estatus
social de la familia, en todos se dan, en unos más notables, en otros
refinadamente, pero con los mismos síntomas de la enfermedad…y el mismo dolor
de cabeza…
Hay que leer, hay que orar, hay que buscar cómo
educar a los hijos dentro de un ambiente sano, lleno de paz, un ambiente donde
se aprende la virtud, la moral, la fe, los modales más básicos de convivencia
familiar… para así poder convertirse en adultos sanos llenos de sabiduría, de amor,
de compasión, de solidaridad, de fe, de alegría, de modales exquisitos en el
compartir unos con otros… hijos sanos físicamente, mental y espiritualmente.
Padres y madres de familias… abrid los ojos…
no están solos… pero cuando el árbol se tuerce, nada puede ya enderezarlo… así
son nuestros niños… los primeros siete años son de aprendizaje, de sembrar en
ellos todo lo bueno o lo malo… lo que aprendan esos años será el fruto en el mañana…
Pero ¿qué hacer con estos niños que han sido
forjados en una educación errónea? ¿No hay solución? Solo Dios… solo
Dios… y océanos de paciencia y de amor para con ellos…
Desde la Soledad del
Sagrario
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