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No puede ser otra… no… no en los planes divinos… no en la perspectiva de
vida de una familia católica comprometida con Dios.
Y es que la familia católica tiene su mirada clavada en Dios, posee un conocimiento claro del
valor de un almas... su entusiasmo por la eternidad con Dios los ha deslumbrado,
al punto, que no desean otra cosa que no sea Dios mismo, en esta vida y en la
otra…
Esas familias católicas enamoradas de la responsabilidad de su vocación de
padres, entusiasmados con la fe, buscan en todo momento la santidad personal y
la sus hijos. Es su mayor alegría… vivir para Dios… darse a Dios plenamente
conquistando los momentos del diario vivir para esa eternidad sabrosa con Dios.
Es el mayor anhelo del alma… juntos, toda la familia, en la felicidad de estar
con Dios para siempre…siempre… Se saborea el alma, ese postre divino, que nos
regala la eternidad con Dios.
Y es que, esas familias católicas al
gusto divino, saben cómo enamorar a los hijos de Dios. Oh sí, si saben cómo
hacerlo… Ellos saben limpiar el camino de los abrojos, piedras, peñones, y arbustos,
con las herramientas de la fe, la caridad y la esperanza.
Ese camino de santidad, donde padres e hijos van juntos como familia,
descubriendo, trabajando, conquistando con entusiasmo, con dedicación, con
esmero, con derroche de alegría…porque Dios vale la pena.
¡Qué banquete de amor se da entre
hijos y padres, entre la familia y Dios!!
Esas familias que han tomado muy en serio a Dios planifican sus actividades
diarias para vivirlas unidos, exageradamente unidos a Dios, desde la perspectiva
de María, la madre bendita que sabe como guiar a los hijos por ese camino de
santidad.
Y es así en estas familias…porque la familia le ha dado un lugar especial a
la Mater no solo en el corazon de la familia sino también en el hogar… Ella con
su ternura y su bondad, arregla todo con
el solo propósito que Dios encuentre a
la familia a su gusto……
Camino de santidad…pisando las
huellas de Cristo; viviendo el misterio de la Familia de Nazaret… caminando con
sus pequeñas cruces del diario vivir; siguiendo de esta forma a Cristo que carga
la Cruz por la Vía Dolorosa;…participando de la cena eucarística, ahí a los
pies de Jesús con sus apóstoles, bebiendo y alimentándose de sus palabras, de
su Cuerpo, de su Sangre, de su Alma, de su Divinidad.
Sí, el camino de la santidad es camino de cruz también porque la cruz
alimenta, sostiene, adorna y perfuma a la familia con una santidad que
resplandece como rayos del Sol divino…ante la presencia de la Santísima
Trinidad…Que alegría para la Mater al contemplar la familia sumergida en Dios…abismada
en Dios…viviendo para Dios y con Dios…
Hermosas familias católicas que saben enamorar a sus hijos llevándolos a desear a Dios con toda
el alma, porque Dios se convierte en el oxigeno de sus almas…bendecidas sean
por siempre con el hermoso regalo de la santidad… Alcanzad la santidad de los
altares… los Altares de la eternidad…Dios bendiga a nuestras familias católicas
en el mundo…
La pequeña de Dios
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