imagen web |
Hay, hoy en día, una
necesidad apremiante, urgente en el seno de la Iglesia Domestica. Es la
necesidad de procurar la santa pureza para los hijos… Se necesitan padres y
madres decididos a cultivar la pureza en sus hijos… a enseñarles el valor
infinito de poseer un alma sumamente pura, un cuerpo sumamente puro, una mente
sumamente pura… Pureza de sentidos, pureza de obrar; simplemente pureza
exquisita que embellece el alma, manifestándose
en un rostro hermoso, en modales, actitudes, vocabulario, todo perfumado con el
sublime perfume de la santa pureza.
En un mundo, donde
las impurezas se presentan como parte implícita de la libertad humana, o
simplemente como parte integral de una buena salud… nuestros niños son
bombardeados por modas, música, bailes, películas, libros, vocabulario, aun los
mismos juguetes que se les presentan hoy en día… todo…todo que pueda llevarles a procurar alejarse lo más
posible de la santa pureza.
La pureza en los niños
ennoblece el alma, atrae la bondad, la ternura. Niños puros son niños cerca de
Dios… cerca de la fascinación por la verdad, honestidad; dados a crecer en
delicada caridad, dados a la amistad sincera, a la santa alegría, a la
solidaridad.
Si, padres y madres
católicos, hoy en día necesitamos cultivar en nuestros niños la santa pureza. ¿Cómo
hacerlo en una sociedad cada vez cambiante? ¿Cómo hacerlo en una sociedad que
procura a toda costa redirigir la mentalidad del niño a aceptar todo aquello
que va en contra de nuestros principios cristianos, en contra de la virtud más
hermosa: la santa pureza?
Las familias hoy en
día necesitan, más que nunca, permanecer muy unidas, en un ambiente de fe, de
amor, de oración y de sacramentos. Necesitan crear conciencia de quiénes somos
y hacia dónde vamos. Crear conciencia de los valores y riquezas de las
virtudes, tan deseadas por Dios en sus hijos; especialmente la santa pureza.
Hay que ir contra
corriente en esta sociedad; con mucha perseverancia y santa prudencia… pero hay
que embarcarse en la barca de la santidad protegiendo a nuestros niños… que son
tesoros para una sociedad sana; tesoros para el cielo…
Les invito padres y
madres católicos a tomar un momento en su trajín de vida y meditar en esto. Recordar
que todo lo que se siembre con amor, dedicación en el terreno fértil del corazón
de sus hijos, hasta la edad de 7 años, será cosecha en el futuro… aunque se
desviaran… aunque resbalaran por la pendiente de las sociedades modernas… regresaran
airosos al verdadero redil…
Madre santísima,
intercede ante Tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, obtén para nuestras
familias las gracias necesarias para cultivar en sus hijos la santa pureza,
iniciando así el camino de la santidad. Mater en tus manos dejamos a nuestras
familias católicas, a las familias del mundo… que la luz divina ilumine sus
corazones, sus mentes y sus almas, para sembrar el amor de Dios en el corazón
de sus hijos… siendo niños sumamente puros…
Desde la Soledad
del Sagrario
No hay comentarios:
Publicar un comentario