martes, 9 de junio de 2015

Defiende y protege a tus hijos, con Dios en medio



Cuántas  madres se han interesado por enseñarle a los niños la riqueza que ocultan las humillaciones.  ¿Habrá alguna?  Las mamás suelen defender a sus hijos a capa y espada…y hay que hacerlo,  pero ¿se han detenido a pensar, qué quiere Dios, cuando se reciben regalos como las humillaciones, y más cuando es en público?

Queridas madres y padres, Dios siempre quiere algo de nosotros, de nuestra respuesta a los acontecimientos de la vida diaria que nos tocan vivir.  Dios quiere que se responda siempre en actos que a Él le agraden, le glorifiquen.  ¿Podemos pensar que educar a nuestros hijos para responder a las humillaciones hiriendo a la persona que humilla con ofensas, con agresividad, presionándole, menospreciandole, dañando su reputación con la critica y el chisme.  ¿Será esa la conducta que Dios nos pide? No les niego que si hay que evitar a esa persona. se evite, pero debemos enseñarles a los niños a ofrecer todo por la conversión y sanación por esa persona. No llenar el corazon de sentimientos ni de miedo, (que es natural sentirlo, evitemos alimentarlo),  ni adversos a la caridad... 

Busquemos en las Sagrada Biblia lo que Dios nos reclama;  nos pide amar a nuestros enemigos como a nosotros mismos… porque nuestro enemigo es el prójimo también.  El que humilla se puede convertir en enemigo nuestro porque busca la forma de acabarnos al atacarnos con el arma de la humillación.  Pero Dios nos pide “prodiguemos caridad hasta con nuestro propio enemigo, ese que no nos ama, ese que se goza en ridiculizarnos, en humillarnos. ¿Sea equivocado Dios y por eso, mamás hay que enseñarle a los hijos a responder distinto a lo que Dios pide?  De ninguna manera. 
Madres, padres, Dios les esta pidiendo a ustedes cultiven en sus hijos un amor desmedido hacia todos, aun hacia aquellos compañeros de juego o de clases, o vecinos que se animan a humillar a vuestros hijos.

Dios les esta pidiendo llevar a sus hijos a ser héroes en la caridad, por el bien de sus hijos. Y la caridad apremia, urge llegar hasta las ultimas consecuencias.  La caridad exigen de todos, a practicarse en su totalidad, no con los que me agradan, sino con todos. No solo en actos, sino en respuesta, también de oración… orar por ellos, por esos niños y niñas quienes  son los que les hacen llorar por las humillaciones que les provocan.

Llevemos a los niños a cultivar la caridad como los santos, como el Santo de los santos, Jesucristo. Cuantas humillaciones recibió  Teresita y ella no devolvía mal por mal… sino lo contrario a la humillación le regalaba su mejor sonrisa, y su oración pequeña, pero,  cargada de caridad. Dios esta esperando nuestra generosidad en los momentos mas dolorosos… en esos que el alma se siente sacudida por la sorpresa de la humillación… ahí es cuando hay que responder con santa indiferencia, cubiertos por el escudo de la caridad heroica, suspirando por agradar a Dios aun en ese tan doloroso momento… 

Dios nos pide algo que si podemos cultivar en nosotros y en nuestros niños… Animo con Dios todo se puede… amparados bajo el manto de la Mater.

Desde la Soledad del Sagrario




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