En estos días me han
llegado noticias de los problemas que existen entre las suegras, suegros,
nueras, yernos, y cuñadas. Ha sido tanto el bombardeo que me he animado a
escribir sobre el tema.
Antes de la boda, cuando
novios, suegra donde te pongo. Luego de casados inicia la guerra. Los benditos
celos enfermizos. Donde la nuera no soporta a la familia del esposo. Donde hay
nueras que son capaces de arrancarse los cabellos, de romperse la ropa, si se
enteran que el esposo le ha dado dinero a su mamá, o está ayudando a la familia
de uno de los hermanos. Casos insólitos pero reales. Hasta donde llega la
ignorancia y el egoísmo.
Otras no dejan que el
esposo comparta con sus padres. Si salen juntos, hay guerra. Si va a visitarlos
solo, hay guerra. Si se hablan por teléfono, hay guerra. El egoísmo y los celos
enfermizos se desbordan volviendo a las nueras en verdaderas desquiciadas. Cuantos casos. Pero
hablamos de nueras, tristemente se dan también el caso de yernos egoístas e interesados.
Que mucho hay que orar por las familias del mundo.
Se da el caso de nueras
que de frente son toda sonrisa, amabilidad, pero en el momento de la necesidad, no te
conozco, huyen de la situación.
Por el contrario hay
nueras, que tienen suegras que son verdaderas penitencias estar a su lado, y
estas nueras se han propuesto no descansar hasta conquistarlas y todo por amor
a Dios y al esposo. Para alegría de toda la familia han logrado su objetivo,
conquistando a las suegras que han terminado amándolas como hijas. Que bellezas
de nueras. ¡Dios las bendiga siempre!! Mujeres de oración y de vida íntima con
Dios que sabían que Dios las llamaba a
poner la paz en todo momento.
Dios pide a todas las
familias vivir en armonía, solidaridad, y exquisita caridad. Vivamos a la
altura del amor como Dios nos pide. La felicidad comienza cuando el amor se
desborda en cada miembro de la familia. Seamos conscientes de la importancia de
vivir amando y perdonando, y olvidando.
Oremos por tantas
familias donde las suegras o suegros, las nueras o los yernos son enemigos a
muerte. Que haya paz en los corazones. Que Dios viva en cada hogar. Oremos por
nuestras familias.
Desde la Soledad del
Sagrario
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