viernes, 13 de julio de 2012

Porque Dios vale la pena



imagen familiaPate
Cultivando la devoción
en nuestros niños 

Es tarea hermosa la de una madre y un padre que se preocupa en enseñarle a sus hijos en temprana edad a cultivar una delicada y tierna devoción a Jesús en el Sagrario y a la Mater en sus diferentes advocaciones.  

Es como la madre amorosa que aun lleva a su pequeño en el vientre y se detiene a leerle pasajes de la biblia y hablarle con suavidad y entusiasmo de la historia de amor de un Dios que nos ha creado.  ¡Cuánto tocara el Corazón de Dios esta escena!

Estoy convencida que Dios Padre derramara sus bendiciones en ese momento sobre madre e hijo y sobre el hogar.   

Es también hermoso cuando esos padres que aun no tienen a su pequeño en brazos, al ir a la Iglesia acuden al Sagrario para orar. De momento el padre le habla al pequeño tocando el vientre de su esposa, explicándole que están ante la presencia divina de un Dios que habita en la soledad del Sagrario por Amor a él, a ellos… a todos. ¿Piensan que es exagerado? Pues no lo creo… conozco de parejas que lo han hecho, han disfrutado enormemente… hablándole al pequeño por nacer… en la presencia de Jesús en el Sagrario. 

imagen familia Pate
Y qué hay del momento de la Santa Misa. La madre mientras se va preparando le va diciendo a su pequeño que esté listo que “vamos para misa a ver a nuestro amado Dios”. El cielo se llenara de gozo y alegría con estos padres que saben aprovechar el mínimo detalle para ir preparando al pequeño en el Amor a Dios. 

Mientras van caminando en busca del alimento divino, la madre va hablándole mentalmente a su pequeño y contándole lo sabroso que es Jesús como alimento… motivándole ya desde ese instante que la comunión es un gozo y un deleite. ¿No creen que al nacer ya el bebe viene con una buena motivación de conocer mejor el Amor de Dios?  Vuelvo a insistir que hay padres que han vivido estas experiencias que para otros sería una tontería pero para Dios es una alegría y consuelo… a tal punto que las bendiciones y gracias siguen derramándose sobre el pequeño, sobre los padres, sobre el hogar.  Quien busca a Dios con verdadero deseo y con un corazón derramado por el amor… Dios se deja encontrar y se da a manos llenas… 

¿Y qué sucede cuando nace el pequeño o la pequeña? El hogar se llena por completo con su diminuta presencia… la alegría de los padres es inmensa… y porque han ido preparando al pequeño antes de nacer… ahora sigue con mas perseverancia y con más entusiasmo el cultivo de la devoción a Dios y a la Mater.

No puede faltar preparar al pequeño a la presentación en la Iglesia y a la consagración al Corazón Inmaculado.  Y es aquí que una madre amorosa que ya  le leía la historia de Amor de un Dios con sus criaturas… en este momento también le lee… le habla del  amor de una Madre Celestial que desea ser conocida y amada por el pequeño de la familia.  

Los padres acostumbran a enseñarle al pequeño, que aun no sabe hablar, a lanzar besos al Dios del Sagrario… a la Mater en sus cuadros e imágenes.  Con cuanta ternura mirara la Mater y la Santísima Trinidad a esta familia, a su pequeño… nadie jamás podrá imaginar como el Cielo se enternece ante escenas como estas porque el corazón del pequeño está siendo llenado por el amor a Dios… 

Hay madres y padres que cuando regresan de comulgar dejan que sus hijos los abracen para que puedan sentir a Jesús en el corazón de sus padres. ¿Se imaginan? Jesús abrazando al pequeño o a los pequeños en ese abrazo de sus padres.  


imagen familia Terron
Si… hay padres que saben que el mayor tesoro del mundo… la joya de mayor brillo e incalculable valor eterno es Dios… es llenar el corazón y la vida de sus hijos con el Amor de Dios y el amor a la Mater… porque vamos caminando hacia la felicidad eterna… y hay que sembrar desde muy temprano en el corazón de los hijos… el claro conocimiento y la verdad que salimos de Dios y a Dios regresaremos… todos como familia… unos primeros…otros después… porque nuestra verdadera patria es el Cielo… y no podemos darnos el lujo de perder el tiempo y la felicidad eterna.


Desde la Soledad del Sagrario

No hay comentarios:

Publicar un comentario