miércoles, 1 de febrero de 2012

Dejad Que Los Niños Vengan a Mi


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Ese fue el reproche y el mandato de Jesús a sus apóstoles que procuraban que los niños llegaran hasta Jesús para que no le molestaran.  Las delicias de Dios son los niños. Las locuras de Dios son los niños.  La ternura de Dios se desborda en los niños.  ¿Quién de nosotros le roba, con mayor facilidad, una sonrisa a Jesús?  Nada más ni nada menos que los niños.  Porque los niños son almas puras, exageradamente puras que se dan sin ninguna reserva. Con un corazón desbordando alegría y amor, entusiasmo y confianza.  

¿Quién ama más a Jesús? Los niños.  ¿Quién se da a Jesús sin preguntas, sin exigir pruebas, sin miedo al compromiso, sin miedo incluso a la cruz? Los niños.  Y es sorprendente como los niños se abrazan a la cruz, se abrazan con verdadera aceptación y con espíritu de victima corredentora. Los niños han entendido y asimilado muy bien el ideal de santidad, a tal punto, que buscan trabajar intensamente por la salvación de los pobres pecadores.  En el niño santo el miedo que existe, el pavor que les taladra los huesos, es perder a Dios… para el niño santo esto sería una verdadera tragedia, por eso procura para sí agradar a Dios obedeciéndolo ciegamente… procura que los pobres pecadores no se pierdan para la eternidad.  He aquí donde entran en esa pedagogía de la Cruz, ofreciendo los más pequeños detalles por la salvación de las almas. ¡Qué mucho nos toca aprender de los niños santos!! 

Nada como mirar una de esas vidas que tanto agradaron a Dios y tanta gloria le dieron cuando aun vivían en esta tierra.  Miremos a la pequeña italiana Antonina Meo, “Nennolina”, niña preciosa que muere a los 6 años. Sus últimas palabras: “Dios... mamá... papá...”. Y muere con una
 sonrisa.  Preguntémonos como será nuestra muerte… tan placida como la de esta hermosa niña.

Nennolina va a hacer su primera comunión. Como preparación surge una hermosa idea que será parte de su corta vida. Idea que la llevara a expresar con sencillez, simplicidad y ardor su amor a Dios, a la Mater. a Jesús, a la Santísima Trinidad, a la Mater, a su Ángel… a algún santo… Inicia una “aventura espiritual”. ¿En qué consiste?  Nennolina le pide a su mama que le escriba cartas dirigidas al Cielo. Su madre la complace e inicia a escribir las cartas que Nennolina le dicta. Más tarde cuando Nennolina aprende a leer y escribir ella misma escribirá sus cartas al cielo. 
Nennolina escribe alrededor de 162 cartas que han sido publicadas en dos libros “Carissimo Dio Padre” de la Editorial  Vaticana y “las cartas de Nennolina” de la Editorial San Pablo.
¡Qué hermoso seria que todas las madres cristianas cultivaran esta gracia en sus niños de escribir cartas al Cielo! ¡Cuántas bendiciones derramadas sobre ellos no se darían! ¡Cuánto agradaría a nuestro buen Dios!!  ¡Qué hermosas almas iríamos cultivando poco a poquito!  Lo contrario de hoy en día… estamos llevando a los niños al defecto de cultivar la agresividad con los juegos de la nueva tecnología que tanto les gustan a los padres regalarles a los hijos. ¡Qué hijos diferentes tendríamos en nuestra sociedad!! 

Padres y Madres vivir vuestra vocación de padres con responsabilidad y compromiso… cultivar el alma de vuestros hijos para la santidad… es lo menos que puedes hacer por el regalo de vida que Dios te ha dado con tus hijos. Es lo menos que puedes hacer en agradecimiento a tanto Amor manifestado por Dios para ti y los tuyos.  Dios te entrego a sus hijos… para que ustedes, padres y madres, les enseñen a conocer, vivir,  amar y  obedecer a Dios como Padre…

La pequeña de Dios



2 comentarios:

  1. Les visito desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    Reciban muchas bendiciones.

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