El Grito de los Niños de la Calle

NECESITO UNA MADRE

fuente: imagen web

Los niños siempre nos impresionan por la simplicidad y espontaneidad con que se expresan. Pero muchas veces con el dolor que se desbordan en sus palabras, en sus rostros, en sus miradas. Cuanta necesidad hoy en dia tienen nuestros niños de una madre… del cobijo de una madre que les ame, que les mime, que les cuide, que les guie, que sea ese corazon que se desborda hacia su retoño… pero cruda realidad para tantos niños que carecen de una madre.

Buscando en mi biblioteca, mi pequeña biblioteca me encontré con un libro que me había regalado hace muchos años la Madre María Emma antes  de ella entrar al convento. El título del libro es “Todo un Padre”, es un compendio de fotos y hechos en la vida del fundador del movimiento de Schoenstatt en Alemania.

Lo abrí al azar y me encontré con una página que había sido para mí motivo de gran dolor y también uno de las presentaciones en una pequeña charla me toco dar a un grupo de peregrinos con sus niños y jóvenes de  visita a  nuestra parroquia.

En la página 155 del libro bajo el título de “Necesito una Madre” se publican 3 cartas escritas por tres niños, en ocasión de la peregrinación al Santuario Nacional de la Virgen de Copacabana en Bolivia. Aprovecho para transcribirlas sin dejar de sentir un dolor inmenso que va taladrando mi pobre corazón. Y es que no lo puedo evitar sentirme solidaria con estos niños y con todos los niños del mundo que viven la amargura de carecer de madre. Hay una mayoría que la tienen pero es como si no la tuvieran por ser una madre maltrátate… y hay una minoría, quiero pensar que es una minoría, que no la tienen. Solo les queda tocar las puertas sagradas del Corazon de la Mater… Ella que nunca deja, ni dejara, defraudado a quien como niño acude a sus brazos buscando consuelo buscando el amor de una madre. 

Primera Carta: Pedro (10 años)  

Hola María

Aquí estoy, te pido muchos milagros.

Me dicen que Tú puedes todo y que eres buena.

Necesito una madre.

Nunca he dicho “mamá” a una mujer.

 Tú eres la primera.

 Te quiero mucho y confió en ti.

Te necesito.

Me llamo Pedro. Tú ya lo sabes.

Quiero ser tu hijo, te lo prometo.

Nada más.

Tuyo por siempre.

Pedro

Segunda Carta.   Mónica (11 años)  

Virgen Maria, te saludo.

Te veo oh por primera vez.

Me han hablado mucho de ti.

Hoy te hablo yo.

Estoy muy triste.

Vivo en la calle y  no tengo a nadie.

Los grandes me pegan.

Los policías son muy malos,

Me pegan también.

Tengo hambre muy a menudo.

Vengo a pedirte que me ampares.

Voy a mejorarme. Te lo prometo.

En futuro no robo más.

Te pido que seas mi madre.

No tengo ni mamá ni papa ni amigos.

Te quiero.

Te  pido que haya siempre bastante comida.

Para mí y para todos los niños del mundo.

De corazón.

Mónica
  

Tercera carta: Miguel (12 años) 

No sé qué decirte.

Me va mal.

Siento angustia.

No me gusta vivir.

Muchas veces tengo miedo,

Sobre todo en la noche.

Tengo miedo a los grandes y a Dios.

Lloro muchas veces.

¿Por qué no me llevas donde Tu?

Dicen que en el cielo hay paz y felicidad.

Allá quiero vivir.

Llévame por favor.

Miguel.

Solo pienso cuántos niños sin poseer el consuelo de una mano amiga que les descubra a la Madre Celestial… un San Juan Bosco… un Padre Kentenich… y tantos otros santos… que en todo momento llevaban a pequeños y grandes a descubrir en María esa Madre que tanto se anhela poseer.  

Seamos tú y yo esos instrumentos que conducen a las almas al camino del encuentro con la Madre Celestial… que nadie por nuestra causa se quede sin conocer a María como Madre… especialmente los niños y jóvenes tan necesitados del amor de una Madre.

Desde la Soledad del Sagrario