lunes, 9 de julio de 2012

SALVAR Y SALVARSE


                              imagenes familia Pate


PADRES Y MADRES están llamados a salvarse y salvar a sus hijos.


Padres y Madres católicos la responsabilidad mayor como educadores y formadores de vuestros hijos está en llevar a sus hijos por el camino de salvación. 

Salvar y salvarse.  ¿Qué significa “salvarse”?  Padre José Kentenich en su libro “Bajo la protección de María” define la palabra “salvarse” como  un acto de santificarse…

Necesariamente para guiar a sus hijos hacia la salvación tienen que buscar, procurar vuestra propia salvación o sea autosantificarse.

Como educadores de vuestros hijos están llamados a forjar una personalidad integra, sobrenatural y firme… una voluntad recia… y una devoción intima y siempre en aumento hacia la Santísima Madre Celestial y hacia Jesús en el Sagrario.

 Pero para que exista éxito en esto hay que trabajar primero con la propia santificación personal… si como padres y madres tienen una personalidad verdadera, integra, firme y sobrenatural será más fácil encaminar a los hijos por el camino de la salvación o sea por el camino de la santidad.  Hay que ver ¿cuántos están de acuerdo en convertirse en santos para que sus hijos sean santos? ¿Cuántos están de acuerdo en vivir una vida de virtud solida, de valores que resplandezcan, de moral intachable, de ejemplos de vida diaria que conmuevan y motiven a los hijos a seguir por ese camino de santidad?  ¿Cuántos quieren ser testigos vivos de: “yo me santifico por ellos, por mis hijos, por todos los que me has dado y me darás, y de cuya salvación Tú, Dios mío, me has hecho responsable? Porque quieran o no la salvación de sus pequeños dependen de ustedes… de lo que hayan sembrado con amor, perseverancia y dedicación desde temprana edad… de vuestras lágrimas derramadas ante Jesús y María pidiendo ardientemente por vuestros hijos.

 Existen padres y madres católicos que antes de concebir están pidiendo insistentemente hijos santos… hijos que amen a Dios sobre todas las cosas… hijos que sean del gusto divino. Y cuando llegan a sus manos procuran llevarlos por el camino de la salvación… procurando ellos primero ser ejemplo vivo de santidad. Pero hay que trabajar desde temprana edad… no dejarlo para cuando sean grandes porque entonces la tarea es más difícil… no imposible porque con Dios y la Mater nada es imposible… pero si mas difícil.

Están llamados a fortalecer el espíritu de sus hijos. ¿Cómo? Fortalecer el espíritu impone actos heroicos de vencimientos de sí mismo.  Desde pequeños podemos ir llevando a los hijos a desarrollar un espíritu firme, fuerte contra toda adversidad.  Ayudarlos a dominar la voluntad… convirtiéndola en una voluntad recia capaz de decir “no” cuando hay que decir… capaz de tomar decisiones  rectas y saludables para el alma que quiere salvarse.  Ir poco a poquito guiando a los hijos desde temprana edad a afrontar los problemas, las dificultades que se presentan por pequeñas que sean… enfrentarlas con valentía buscando la solución a las mismas.  Es cuando le decimos a los hijos: “¡adelante!… ¡arriba!... ¡jamás retroceder!... porque con Jesús y María todo lo podemos. Pero claro el mejor espejo son ustedes mismos… si el hijo ve que papá y mamá son testimonios vivos de esto… aceptara y seguirá sin ninguna dificultad alguna.

Este hermoso trabajo de llevar a los hijos por camino de salvación se  opone totalmente a “corromper” las almas de los hijos por camino de la
desgracia eterna. ¿Pero cómo?  Jamás… eso pensaran muchos padres y madres católicos… pero miremos en que podemos corromper a nuestros hijos.

¿Cuántas veces no habrán apartado a sus hijos a través de la burla, la mentira y mal ejemplo? ¿Cuántas veces permitieron cobardemente que otros les impidiesen hacer valer vuestro yo mejor… en cuanto a moral, valores, virtudes?  ¿Cuántas veces han sido esclavos del momento, de la jactancia, derrochando vuestras fuerzas y tiempo en bagatelas?

Seducir a los hijos hacia la corrupción en vez de seducirlos por camino de salvación… de santidad… es tener una idea errónea y pobre de vuestra verdadera responsabilidad ante los ojos de Dios.

Miremos a los padres y madres de tantos niños santos que trabajando por su santidad personal encaminaron a sus hijos a ser valientes, heroicos dándolo todo por el Amor a Dios y a la Mater.  Hablamos de niños que han sido exageradamente felices aun en medio de las pequeñas o grandes cruces que les ha tocado vivir.  Niños alegres, niños libres que bebieron en la fuente de la santidad de sus padres alcanzando su propia santidad.

Padres y Madres católicos iniciemos la salvación personal con verdadera fortaleza, ánimo y deseo… con valentía e ilusión… llevando a los hijos a desear ardientemente la salvación… por caminos de santidad… cultivando íntimamente la amistad con Jesús y María.



Desde la Soledad del Sagrario

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