Un joven desvía el camino de su vida por caminos de
dolor, tragedia, desolación, soledad, y pecado… llegando a tocar fondo… Cuando ya todo estaba perdido… se enciende una
luz al final del camino que ilumina su vida transformando y fortaleciendo su
alma… dirigiéndose hacia los umbrales de
la eternidad… porque la Misericordia de Dios se manifiesto en todo su
esplendor.
Esto comprueba que siempre
debemos tener confianza y orar insistentemente sin importar lo que las
apariencias reflejen… podemos ganarnos un alma en pecado para el cielo… solo
hay que orar con confianza... esperar en el tiempo de Dios… y dejar a Dios
obrar a su gusto.
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