lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Por qué pelear? ¿No ves vas a perder?


AY…AY…AY… MUJER QUE TE EMPEÑAS EN USAR ESTRATEGIAS SUMAMENTE PELIGROSAS EN EL TRATO CON TU ESPOSO…

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·         Mujer casada… si te das cuenta que con tus airadas respuestas eres causa de que tu esposo se desate en blasfemias y maldiciones… decidme… ¿Por qué lo haces?
Mujer casada… te lamentas del maltrato continuo de tu esposo… detente… piensa… ¿no será que tu estrategia se revierte contra ti?
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Mujer si ves a tu esposo llegar airado, con el rostro desencajado, fuera de sí… ¿Por qué abres la boca y empiezas a pelear… llenándote de ira…? ¿Por qué no te callas y espera tu momento? ¿Por qué echarle leña al fuego si quien pierde eres tú… y tus niños? ¿Para qué llenar tu hogar del ambiente del infierno?
San Alfonzo María Ligorio da dos buenos ejemplos como medicina para ti mujer… veamos lo que nos dice:
“Vivian en el mismo sitio una encina y una caña. Se levanto un viento huracanado. La encina quiso resistir, y vio tronchadas sus ramas. La caña se inclino, dejo que el huracán pasara sobre ella y no sufrió daño alguno” El santo nos dice: “Si tu esposo se encoleriza pon un candado en tu boca, deja que pase la ventolera, y te veras libre de malos tratos.”
El otro ejemplo que nos da San Alfonzo es el siguiente:
“Se quejaba cierta señora de continuos vejámenes por parte de su marido, “yo te recetare… le dijo un prudente varón--- un agua que, si la tienes en la boca mientras tu marido se encoleriza, te libraras de sus malos tratos.” Se la dio, y en la primera ocasión que tuvo la mujer de ver airado a su marido la tomo y retuvo en la boca; y el marido, efectivamente, dejo esa vez en paz a su mujer. Acudió esta entonces a aquel discreto consejero rogándole le indicase la fuente de aquella agua maravillosa, y la respuesta fue: “Puede tomarla de cualquier manantial, pues su virtud está en que, cuando se encoleriza el marido, te estés tu callada.”
Recordemos a Mónica la madre de San Agustín,  quien relataba como Mónica, aunque tenía un esposo intratable e iracundo, vivía con él en completa paz; y como algunas vecinas suyas, que andaban en frecuentes discordias con sus maridos, le preguntasen como se las arreglaba para vivir pacíficamente con aquí hombre, Mónica les respondía..
---Hermanas, la culpa de los malos tratos que recibís de vuestros esposos no está tanto en la maldad de ellos cuanto en la vuestra. Es que vosotras, respondiendo y replicando, los exasperáis, y así no es extraño que nunca tengáis paz. Yo, cuando veo irritado al mío, me callo, y lo sufro con paciencia y pido a Dios por él, y vivió tranquila. Hacedlo así también vosotras y gozareis igualmente de paz en vuestros hogares.
Recuerdo que hace muchos años, haber leído uno de los libros escritos sobre la vida y obra del padre Kentenich, fundador del movimiento de Schoenstatt. Una vez iba en tren por una de las ciudades de Chile, de momento se le acerco una señora muy afligida que lo había reconocido. Ella muy compungida le suplico orara por ella pues tenía un marido salvaje por el carácter colérico que tenia. Ella y sus niños sufrían mucho. El padre Kentenich la escucho y le contesto, que si lo iba a hacer, aunque no era necesario, porque si ella rezaba el santo rosario con todo el corazón iba a ver el milagro para su alegría. La señora le agradeció y se retiro muy pensativa. Luego de un tiempo considerable más o menos un año… el padre Kentenich volvió a encontrarse con la señora. Esta vez la señora estaba muy cambiada, sumamente alegre, se acerco para darle las gracias… su esposo se había convertido, ya no era aquel salvaje marido, había sido transformado milagrosamente por el rezo del santo rosario… Iban juntos a la santa misa… ya se respiraba paz en su hogar… su alegría contagiaba…
Mujer casada piensa… medita en estas palabras que acabas de leer… ¿Vale la pena seguir tus estrategias? No quieres poner en práctica tu silencio y esperar el momento propicio para hablar con tu esposo… pero eso si… sin reclamar nada… sino como si estuvieras delante de Dios… hablando con Dios… exponiendo tu parecer…
Mujer casada… Dios te bendiga con la santa prudencia y sabiduría… con la inteligencia necesaria… grandes dosis de amor, pureza y humildad para mantener tu hogar, tu familia, tu matrimonio en la paz y felicidad que tanto deseas… Sin Dios jamás lo lograras… con Dios…y con la Mater todo lo puedes…
 
Desde la Soledad del Sagrario

 

 

 

 

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