Hoy, quizás más que ayer, se levantan familias decididas a llevar a sus
hijos
por el camino de la santidad.
Familias que han tomado muy en
serio la eternidad. Que se han mirado
en la
mirada de Dios, han gustado
a que sabe Dios, y se han lanzado
a la conquista de
la santidad.
Familias que han empezado por darle un “Fiat” a Dios, dejando que el Padre
Celestial envié los hijos que desea. Sin
miedo, sin complejos, con un corazón generoso, con una fe solida, con los pies
en tierra y la mirada clavada en Dios. Y Dios no defrauda a los hijos que confían
ciegamente en Él abandonándose a su Santísima Voluntad Divina. Dios es Dios y
sabe como obrar… solo hay que confiar siempre… hacer nuestra parte en colaboración
con Dios…Dios hará el resto…
Y lo vemos en las vidas de los santos… vemos como Dios nunca, nunca, nunca
defraudo a ninguno de ellos que confiaban exageradamente en Dios…esperándolo todo
de su bondad divina.
Y lo vemos en tantas familias actuales en el mundo, familias católicas que
se lanzan a la aventura de Dios. Que hay que renunciar a muchas cosas… pues sí,
no faltaba más… la vida hacia la santidad es una continua renuncia a todo lo
que nos desvié de la meta… y una conquista asidua de todo lo que nos ayuda a
alcanzar la meta… llegar a “casa” como santos… porque Papá es Santo y quiere
regalarnos su herencia: “la santidad”…
Familias que han decidido educar a sus hijos en casa. Han hecho ajustes, iniciando
la aventura de convertir el hogar en la escuela de sus hijos. ¡Oh!!, cuánto han
disfrutado las madres, los padres con esta aventura. Cuánto han aprendido. Y que estrechamente unidos se encuentra la
familia. Entre juegos, risas, inventos,
dibujos, lecturas, experimentos, cantos, bailes, dramatización, oración… entre
tanta sana pedagogía… van llevando de la mano a sus hijos, paso a paso por el
camino de la santidad.
Familias que enseñan a vivir la alegría de compartir con los más
necesitados. De llegar hasta aquellos que nada tienen llevando en sus manos
regalos que han hecho con mucho amor, o ha recogido de lo que tienen en buenas
condiciones, para llevar la alegría de quien nada tiene.
Donde se enseña a depositar las riquezas de las obras, palabras,
pensamientos, aptitudes, en el banco espiritual, riquezas que nos abren las puertas del cielo…
Hay que ver a estos niños como trabajan con verdadero interés las virtudes.
Beben de la fuente que les procuran sus padres con el ejemplo vivo de quienes
se han dado a la tarea de vivir al gusto de Dios.
Padres y madres que hoy han dicho “Si” a Dios… que han tomado a la Familia
de Nazaret como modelo… seguid adelante… no importa los ataques, no importa las
burlas, no importa la incomprensión…
Seguid adelante… Dios está contento con ustedes. La Mater tiene perfecto cuidado de cada
miembro de la familia… Seguid adelante… porque Dios vale la pena… y no hay
tesoro como Dios…
Desde la Soledad del Sagrario
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