viernes, 2 de mayo de 2014

Creo que todo reside en la escasez de educación religiosa que tenemos



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La libertad de vivir sin ninguna inhibición, sin ningún reparo… a la libre; sin preocupaciones de moral, de si es o no es materia de pecado… simplemente “me gusta”, ahí voy aceptándolo todo, a gusto de los tiempos, de los que determinan las reglas del juego, el juego de la moda, de las nuevas costumbres, de las nuevas tendencias donde el “buen gusto”, “la recta conciencia”, se han amordazado; la modestia y la delicada pureza, se han colgado en el closet del pasado,  para dejar salir las pasiones desordenadas, la chabacanería, el “yo” puedo, hago, creo, y eso basta.

Aquella frase de: “¿A dónde va Vicente? ¿Adónde va la gente.”, sin reflexionar las consecuencias ahí vamos como corderos al matadero de la inmoralidad.  O como dicen los de habla inglesa: “Monkey see, monkey do”.  Seguimos como ciegos y sordos lo que nuestros sentidos perciben… ahí vamos en fila unos detrás de otros… por un camino peligroso donde nos jugamos la eternidad.

¿A qué viene todo esto? ¿Qué me ha pasado? Nada, que he quedado asombrada…preocupada y comprometida con la oración…  de lo que he visto, de lo que he escuchado, de lo que he percibido.  Llevo dos días en diligencias personales, visitando oficinas del gobierno. Donde he tenido que estar horas sentadas esperando por mi turno para ser atendida. En ese intervalo de tiempo, que han sido horas, he palpado con mis sentidos el sentir de las personas de diferentes esferas sociales… y he quedado asombrada.   

Madre mía, que pobres Actitudes y aptitudes… que son preocupantes… donde el termómetro de la tolerancia, de la paciencia, está bajo muy bajo. Los ánimos están caldeados, por cualquier pequeñez insignificante se encienden rayando en violencia verbal, en un bombardeo de vocabulario desagradable, de mal gusto y de pobre educación,…de gestos que manan de una violencia interna alimentados por la soberbia y el amor propio.  Y esto se da en todos, en el pobre que no tiene muchos estudios y en el profesional que debería saberse comportar públicamente y privadamente. El cultivo de las virtudes brilla por su ausencia. La solidaridad, la exquisita caridad no existe ni remotamente. En un abrir y cerrar de ojos, se convierte en un ambiente hostil, si no son complacidos en sus solicitudes.

Los empleados que atienden están a la defensiva. Vestidos como de un escudo invisible, pero palpable, donde el tono de voz, los gestos, las posturas, las actitudes se desbordan como armas de defensa. No parece oficinas del gobierno para el servicio del pueblo, mas parece un campo de batalla. Parecen personas amargadas… claro todo es un escudo que utilizan para defenderse… ¿Defenderse de qué? De los clientes que vienen alterados, exigentes, o humildes… solicitando el servicio que prestan. ¿Quién domina a quien?  

Luego tenemos la vestimenta. El buen gusto se ha perdido en la masa del pueblo… la modestia brilla por su ausencia… y el decoro ni se hable. Niñas, jóvenes, mujeres adultas, ancianas… vistiendo tan y tan apretado que no sé cómo se pueden sentarse y caminar. Hay que verlas. Blusas transparentes con su ropa interior de colores fuertes dejando a la vista de todos que llevan puesto. ¿Cuál es la idea? Entiendo que para algunas es simplemente la moda y ahí vamos… no hay la menor intención mal sana, simplemente es moda y hay que estar a la moda, la competencia femenina. ¿Competencia femenina? Sí, porque la mujer viste para la otra mujer, es una competencia… ¿Quién viste mejor, “más bonito”, más a la moda, más atrevida, etc.?

Modas que en vez de ayudarlas lo que hacen es dejar ver los defectos de un cuerpo deforme.  Me explico: unos pantalones súper apretados o una falda cortísima, un traje tan pegado que no pueden respirar… dejan ver un cuerpo lleno de grasa causa del sobrepeso, piernas arqueadas o no bien formadas, o tan y tan delgadas que se ven huesos cubiertos de piel, etc. Y unos pantalones tan y tan cortos que es increíble que salgan así a la calle y mucho menos a las oficinas del gobierno. ¿Pero, qué dice?, me dirán algunas… “estamos en la moda y eso es lo que importa”.

¿Qué tal una anciana en pantalones cortos y blusa transparente y corta dejando ver toda la edad de su cuerpo? Pero esta a la moda… y es feliz por eso…
Y que me dicen de las niñas… tres, cuatro, cinco o 10 años… vestidas como “mujercitas diminutas” por las modas atrevidas, zapatacones, prendas de mujer adulta, con aire de coquetas y algunas muy sexy en el caminar, en los gestos…aptitudes que no son de niñas de su edad…algunas moviéndose inapropiadamente pues van tatareando la melodía de una canción de moda… de veras asustan sus movimientos que supuestamente están bailando… la pregunta es ¿Qué serán de ellas en la adolescencia, cuando se les ha  ayudado a despertar la sensualidad a tan temprana edad??  ¿Dolores de cabeza para la familia innecesariamente?

Sin olvidarnos de los hombres que ahora están en el destape también. Esos pantalones bajos que dejan al descubierto su ropa interior. O T shirts o camisetas de vestir,  que se encojen subiendo y dejando parte de su cuerpo al aire… niños, jóvenes, viejos. Hay quien viste impecable, pero eso si a la moda… luego están subiéndose los pantalones porque se le caen, aunque sea diseñado a la cadera… se les baja aparentemente. ¿Por qué tanta chabacanería al vestir? Estamos en la moda también, dirán… y eso es importante…

No importa la esfera social… la vestimenta de telas de calidad o telas de pobre calidad… todas con la misma moda… “dejar al descubierto el cuerpo lo mas que se pueda”…perdiendo la gracia del buen vestir con modestia, pulcritud y elegancia…  ¿Cuál es la idea de los diseñadores? ¿Denigrar a la mujer que ignorantemente se presta??
Pero aquí no queda mi asombro… las conversaciones… Dios mío, que temas; y sin poder salir del medio… hay que aguantar y escuchar temas que por más oración se haga, siempre algo  se cuela en el oído…provocando disgusto interno y una compasión inmensa por tanta ignorancia. Nos jugamos la eternidad… y todo está bien porque es mi vida, mi cuerpo, mi mundo…  ¿así somos y qué? Pues que la ceguera espiritual es grande… caminamos alimentándonos del paganismo y nos creemos “cristianos” con derechos a la libertad de lo que “yo creo, quiero, pienso y hago”… ¿Cristianos modernos será?... el problemas es que Cristo es el mismo ayer, hoy y mañana… ahí está el problema…La voluntad divina no cambia, no ha cambiado… Dios nos quiere puros, exageradamente puros, humildes y santos. ¿Pero se han enterado los cristianos modernos?

Ah, pero se puede ser puro y vivir el hoy, en la sociedad moderna… Eso es una  falsa que se desintegra con el conocimiento del evangelio. La mayoría de los cristianos no se dan cuenta que la virtud de la pureza se pone en juego cuando nos adaptamos a las costumbres y modas paganas… no es de Dios… vestir, actuar y vivir así…

Me contaba una joven pareja, que amistades los critican severamente, y aun su propia familia por ser diferentes, por vestir con sencillez, simplicidad, modestia, elegancia y buen gusto, por no tener un vocabulario altisonante, vulgar y mal gusto en cuanto a palabras hirientes, no sanas para el alma que busca la santidad. Por vivir una vida de “cara a Dios”…

Y esto es el pan de cada día de muchas familias que buscan vivir de acuerdo a los consejos evangélicos, a la moral que presenta la Iglesia. Se convierten a veces, en la comidilla de muchos que dicen ser “cristianos” aun los comprometidos en la Iglesia. No podemos vivir una vida separada, en la Iglesia una conversión radical y fuera de la Iglesia abrazado al “paganismo”…  No podemos estar con Dios y con el mundo a la vez… y “el mundo” me refiero a las costumbres de esta sociedad pagana y recién diseñada para los tiempos actuales…  

Mater, ayúdanos a todos, a recibir la gracia “del conocimiento interior” y del arrepentimiento de todo aquello que hacemos en detrimento de nuestra salvación eterna. Mater, ayúdanos a vivir al gusto de Dios…Gracias Mater…


La pequeña de Dios

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