No perdamos el
tiempo. Seamos consientes que el tiempo es muy corto y hay mucho que sembrar
mientras nos dejan hacerlo, en el corazón de nuestros hijos.
Hoy en día, en que
nuestros niños son sensiblemente atacados, buscados y maltratados por quienes
buscan robarles la fe, la moral, las costumbres sanas, la cultura religiosa y
aun el obedecer y amar a los padres.
Desde el salón de
clases, los textos a estudiar, las diversiones como los muñequitos o
caricaturas en la televisión,
las canciones, los juegos, las modas… todo, todo, todo les lleva a una sola
cosa… destruirlos… llevándolos a despertar al sexo, al ateísmo, y al libertinaje…
No importa la edad… el niño tiene “derecho” a cambiar los patrones de conducta
aprendidos en el hogar, la fe, la moral y hasta su conciencia.
Padres y madres de
familia… consagrarlos a Dios, a la Mater… Orar por ellos… sembrar el amor y el
temor a Dios en sus pequeños… Hacedlo con confianza ciega en el Espíritu Santo
y en la Mater, ellos lo cobijan y los defienden…
El amor de familia,
el respeto de unos a otros, la confianza y la continua vida cimentada en la
verdad debe prevalecer en cada hogar cristiano. Una vida familiar alimentada
por la oración y los sacramentos. Una familiaridad cotidiana en el trato con Dios,
con la Mater.
Padres y madres de
familias… No se dejen robar a los hijos… no cedan el derecho de padres y madres
a educarlos en vuestras creencias cristianas…de formar sus conciencias como
Dios manda, con la verdadera moral y verdaderos valores. Levantan la voz, claman a Dios… y Dios
escuchara vuestras peticiones… Confianza ciega en Jesús y María…
Dios le conceda sabiduría,
ciencia, fortaleza, inteligencia, consejo, temor a Dios, piedad, para educar a
sus hijos al gusto divino… guiándolos a la conquista del Cielo…
Mater… ayúdanos…
Desde la Soledad
del Sagrario
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