jueves, 15 de septiembre de 2016

La belleza de los pequeños que oran con el corazón



 Contemplar a un pequeño, rezando el rosario con gran devoción e interés, es un consuelo muy grande para todos los que podemos contemplar, escena tan deliciosa como esta.

Un pequeño que toma en serio la oración del Santo Rosario. Un pequeño que nos habla de fe, de confianza, de amistad con la madre celestial. Un pequeño que no se amilana ante la mirada curiosa de muchos. Un pequeño que se deja amar y ama de verdad a madre tan singular, a la madre celestial.

Un pequeño que sabe y conoce el tesoro inefable que es rezar el Santo Rosario.  Conoce de esas rosas de amor que va colocando en el regazo de su madre bendita, la Virgen María.

Que mucho debemos aprender de nuestros pequeños. Ellos toman en serio la oración y la devoción. No tienen miedo a las opiniones de los demás. Se lanzan como pequeños enamorados a vivir una intensa experiencia de “hijos”, siendo dóciles en las manos de la Mater.  Ellos alcanzan siempre, el favor de la madre bendita, porque saben cómo pedir, como amar, como confiar y como corresponder.



Dios guarde en pureza y humildad a nuestros niños… 


Desde la Soledad del Sagrario

No hay comentarios:

Publicar un comentario