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Padres y Madres de familias en estos tiempos tan difíciles debemos
levantarnos en sabiduría y santa prudencia, en amor y desde la fe más viva y
heroica. Son tiempos en que lo bueno se
presenta como malo y lo malo se presenta como normal, necesario y seductor.
Estamos llamados a hacer la diferencia… a nadar contra corriente. A mirar
el horizonte con esperanza y fe. A procurar un ambiente sano, puro, lleno de
caridad, de presencia divina, de amistad con Dios… un ambiente donde la fe
prevalezca, brille en todo su esplendor… donde la virtud sea acrisole y crezca
en todas sus maravillosas dimensiones. Ese es el ambiente que debemos buscar
para nuestros hijos… para nuestros niños de hoy.
Padres y Madres hay que educar con Jesús… hay que leer la Sagrada Palabra
Divina, conocerla en sus pequeños y grandes detalles…amarla intensamente,
saborearla y gustarla, digerirla aplicándola a nuestra vida diaria. Luego de
empaparnos de la Sagrada Palabra, de alimentarnos de ella… darla a los niños según
la medida y capacidad de sus pequeñas mentes y corazones.
Conocer a Jesús de niño… poder descubrir su modo de actuar, su modo de
vivir, su modo de ver las cosas, de sentir, de pensar, de hablar. Tener a Jesús niño, a Jesús joven como modelo
de inspiración. Desarrollar el deseo de complacerlo siempre, de tener contento
a Jesús porque se hace lo que el tanto le agrada… caridad para con todos,
amando como Él nos ama, sirviendo y ayudando a todos como Él le gusta hacer,
perdonando siempre y olvidando las ofensas porque Él nos lo pide, y porque Él
mismo nos enseña a tener un corazón puro y humilde. Darlo todo por el amor a Jesús…
reconociendo que con Jesús todo…TODO se puede alcanzar siempre y cuando sea su
Santa Voluntad.
Llevar a nuestros niños a cultivar la Santa Voluntad Divina y a ir poco a
poquito muriendo a la voluntad propia… para alcanzar la libertad interior… la
paz interior y la santa alegría que emana abundantemente de esa comunión con la
Voluntad de Dios.
Nuestros niños necesitan crecer en amistad sabrosa con Jesús. Necesita
conocer a Dios como Padre amoroso que lo ama intensamente, que tiene su mirada
fija en ellos, que siempre, siempre está dispuesto a defenderlos, que tiene
tesoros incalculables que son solo para ellos…que el tesoro mayor es Dios
mismo. Reconocer a Dios como Padre, sentirlo, saberse hijo de
Dios y saber a Dios como verdadero Padre.
Necesitan comprender que sus cuerpos son templos del Espíritu Santo, por
tal motivo tienen que cuidar la presencia divina en sus cuerpos. Acostumbrarse
a pedirle los dones al Maestro Paráclito… a estudiar y jugar bajo su inspiración
y su luz.
Nuestros niños deben crecer amando con ardor y voluntad esa Palabra Divina.
Deben conocerla y aplicarla a sus vidas con naturalidad, con simplicidad y
sencillez.. con derramamiento de amor. Que diferente serán nuestros niños que
se habitúen a tener esa sabrosa amistad con Dios. Que en el momento de dolor y
necesidad tienen a quien acudir y quien les consuele con verdadero consuelo.
Que en la alegría hay quien se regocija y festeja como Amigo verdadero y fiel.
Y todo esto desde la más íntima y convincente amistad con nuestra Madre
Celestial. Que los niños la vean y la conozcan no solo como madre sino como
amiga, confidente y maestra. Acostumbrados a tratarla como si la vieran sus
ojos y la escucharan sus pequeños oídos… porque la fe les hace hablar con ella
con la más sencilla naturalidad.
Aprender a buscar en todo y contar con ella para todo. Aprender a ir con
ella a Jesús.
Padres y Madres… educar con Jesús es llevar a nuestros niños por el camino
de la santidad de forma tan natural y
sencilla que fácilmente irán caminando con firmeza y decididos por ese camino
hasta llegar a la patria celestial…
¿No les gustaría que sus hijos fueran
santos al gusto divino? ¿O quieres que tus hijos sean totalmente iguales a los
hijos del mundo donde la “felicidad” reside en ser más astutos, egoistas y
violentos que nadie? Educando con Jesus y la Mater tendras paz en tu hogar,
hijos que te amen, y sea ciudadanos provechosos para nuestra sociedad… y santos
para la eternidad…
¿SE ANIMAN PADRES Y MADRES DE ESTOS TIEMPOS? ¡Bendito sea Dios hoy, mañana y siempre!!
DESDE LA SOLEDAD DEL SAGRARIO
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