Hoy invito a los padres y madres de familias a
contemplar y descubrir en esta dolorosa noticia la fe vivida y las
consecuencias que suceden a las familias de fe solida.
Hoy les quiero presentar una noticia… (fuente: ReligionenLibertad)…
que nos toca sensiblemente, pues puede ocurrir a cualquier familia. Además
deseo compartir las riquezas de esta familia católica de siete hijos que han
sabido descubrir en su fe las herramientas para aceptar y afrontar los
problemas cotidianos, los dolores y
sufrimientos que se reciben sorpresivamente. Me refiero a la familia Langdon Del Real de España.
Su hija, la penúltima de siete hijos, Belén Langdon, encuentra
la muerte el sábado en la fiesta de Halloween, del Madrid Arena, allí sorpresivamente
es aplastada por una avalancha humana, al igual que cuatro jóvenes, tres mueren y una queda
herida en estado crítico.
Belén crece en una familia de fe profunda y viva, donde
uno de sus hermanos ha sido ordenado sacerdote y otro es seminarista,
Ayer lunes, cinco de noviembre, fue enterrada después de
la celebración de la santa misa la cual fue presidida por el obispo de de Alcalá Juan Antonio Reig Plà,
el mismo que ordeno sacerdote a su hermano hace poco tiempo. Un detalle
curioso es la serenidad de la familia y la paz que proyectan.
Sin embargo es consolador, motivo de admiración ver a
la familia serena en medio de su dolor. ¿Por qué nadie puede dudar que el corazón
esté desgarrado por el dolor? Además todas las preguntas que humanamente surgen en el interior sin encontrar
respuestas acertadas.
¿Cómo pueden mantenerse en esta serenidad y en esta
paz? El mismo padre de Belén en un
comentario a los medios de prensa que hace nos da la respuesta, respuesta que
no debe ser indiferente para cada uno de nosotros…pues sus palabras muy bien
pueden ser acogidas como una invitación a las familias que no sienten ese
compromiso con la fe.
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Solo la
fe vivida a grado heroico por una familia puede llegar a mostrar el abrazo
sincero a la voluntad divina…quien todo lo ve desde la perspectiva de Dios
recibe paz, serenidad y fortaleza en medio del dolor y sufrimiento. Y esto es
lo que estaba experimentando esta familia.
¿Pero quién era Belén? ¿Y qué hacía
en ese lugar y a esa hora? Quien era nos
lo dicen sus amigas en una hermosa carta que escriben. Las razones que tuvo la
joven para encontrarse en ese lugar, en esa hora y en esa fiesta… solo Dios
sabe. Me imagino que pensaba solo divertirse un poco entre amigas y amigos.
La carta es tan hermosa y da unos
detalles tan exquisitos que podemos contemplar la sencillez y candidez de esta
alma que no dejo de opinar igual que sus amigas… un ángel por su pureza, por su
fe, por su caridad, por su sincera amistad.
A continuación la carta que escribieron un grupo de amigas de Belén
Tenemos un ángel en el cielo
«Gracias, lo primero daros gracias a
todos por todas las oraciones, los rezos, los sacrificios y los ofrecimientos
que en estos tres días habéis ofrecido por Belén. Antes que nada pediros que no
paréis de hacerlo. Tenemos un ángel en el cielo, una amiga, que solo va a
interceder por nosotras, la tenemos plenamente presente. Es una suerte de la
que no mucha gente puede disfrutar, y nosotros que tenemos esta oportunidad, no
podemos dejarla pasar.
»Belén era una persona que verdaderamente no se puede describir en una carta,
no cabe todo lo que se puede decir de ella. Es una niña que no solo ha sido un
ejemplo en estos 3 últimos días de su vida, sino durante los 17 años que hemos
podido disfrutar de ella.
»Desde pequeña ha constituido la unidad de grupo, apoyando a cada una de
nosotras. Jamás dijo nada malo de nadie, es más, siempre sacaba lo mejor de lo
peor.
»No era una más del grupo, era el pilar sobre el que se levantaba nuestra
amistad. Y no solo ayudaba a disuadir peleas, sino que día a día nos acercaba a
cada una de nosotras a Dios.
»Siendo sinceras, cada jueves, día de nuestra misa de curso, al ver a Belén
saliendo de clase, huíamos despavoridas al cuarto de baño para no ser
arrastradas al oratorio. Era una persona bastante difícil de disuadir. Aunque
lo verdaderamente característico en ella era su risa y sus tacos, aunque suene
mal decirlo. Su risa cada mañana, por muy mala que hubiera sido la noche,
alegraba el día a cualquiera. Una niña transparente, no había manera de no
saber lo que pensaba, su cara lo decía todo...
»No sabemos cómo lo hacía pero con cada anécdota que nos contaba conseguía
inventarse una nueva expresión... hasta ella misma se reía de su propios
defectos. Todavía la recordamos hace unas semanas, contándonos en corrillo su
experiencia de que la confundieron con un hobbit por su baja estatura, siempre con el
propósito de hacernos reír a los demás. Pero esta forma de afrontar la vida se
la tenemos que agradecer especialmente a nuestra segunda familia, el colegio.
»Siempre hemos puesto pegas, pero en el momento en el que lo hemos necesitado,
han estado ahí, cada profesora, cada alumna, todas. Dándonos un abrazo, acompañándonos
en los Rosarios, en los lloros... Nos han arropado en todo momento, como la
gran familia que constituye Aldea fuente.
»En cuanto a la familia de Belén, mostrarles todo nuestro apoyo y darles las
gracias por la fuerza y serenidad que nos han transmitido. No solo no se han
venido abajo, sino que han sabido entregarse a la voluntad de Dios y siempre
con esa sonrisa tan característica de los Langdon. Gracias por habernos dado la
oportunidad de despedirnos de ella, aunque no es un adiós, sino un hasta luego,
ya que está y estará presente en nosotras cada día.
»Intentando buscar un porqué, un sentido, nos hemos dado cuenta de que Belén ha
sido un regalo de Dios. En ese día 3 de noviembre, en momentos decisivos, Dios
decidió que ese regalo tan pequeño que nos dejó, que a la vez es tan grande,
había cumplido su misión, había sabido llevar una vida plena bajo cualquier
circunstancia. Esto lo demostró hasta el final, esperando hasta el sábado, día
en que la Virgen se la llevo de la mano directa al cielo, ya que no tenemos
duda alguna de que esta allí en estos momentos.
»Esto ha marcado un antes y un después en nuestras vidas, ha supuesto el cambio
que necesitábamos. Queremos que te sientas orgullosa de nosotras, vamos a hacer
algo con nuestras vidas que cambie el mundo.
»El día 3 de noviembre un ángel subió al cielo, ese ángel era nuestra amiga
Belén. Ese día Belén volvió a nacer, y fue el comienzo de su nueva vida. Te
vamos a echar de menos, te quieren, tus amigas».
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Padres y madres de familias regresen a las raíces de
nuestra fe, vivid y llevan a vuestros hijos hacia una fe viva, heroica y
esplendorosa… es la mejor herencia que les pueden regalar.
Desde la Soledad del Sagrario
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Estupendo, Sor Maridel. Oremos por todos
ResponderEliminarGracias Pilar... si oremos por todos...
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