domingo, 28 de febrero de 2016

Socorroooo, Señor, que perecemos en la tormenta de la vida


Hombres de poca fe, no sabéis que con Dios nada malo puede pasar aunque la tormenta se cierna sobre vuestras cabezas, aunque el infierno ruja con mayor desquite y poder infernal. Nada, absolutamente nada puede hacer, si Dios está en medio, con ustedes, en la barca de vuestras vidas. 
 
Cuando Dios esta con ustedes, la guerra es con Él, porque Él sale a defender a sus hijos, si es que sus hijos se mantienen en su presencia divina.  Padres de familia, contad con Dios para todo, pero para TODO y Dios no se alejara jamás de vuestras familias.

Dios solo necesita que le inviten a estar con ustedes, hacer parte de vuestras familias. A vivir en el hogar, a sentirse amado, deseado y buscado como un miembro de la familia. Un miembro que tiene un lugar especial, a quien se le ama con adoración. A quien se le busca como el mejor y único verdadero amigo. Y Dios se hará sentir en medio del hogar. Dios hará presencia sensible haciendo sentir una atmósfera de paz en el hogar. Una atmósfera de gustar estar en el hogar. Esa es la gran diferencia cuando Dios y la Mater están compartiendo como familia en vuestros hogares.

Os invito a hacer la diferencia. A invitar a Jesús, y a la Mater. A buscarles un lugar especial dentro del hogar. A contar con ellos para todo, pero para TODO. Veras con asombro la felicidad que se derrama aun en medio de momentos de dolor.  Con Dios todo se vive con una fortaleza inmensa, con derroche de amor, con sentido verdadero de caridad y solidaridad.

Familias unidas son aquellas que tienen a Dios en el corazón, en medio del hogar, en el acontecer de la vida diaria.
Mater enséñanos a amar a Dios y vivir a Dios como Dios tanto desea.

Desde la Soledad del Sagrario


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