viernes, 24 de junio de 2016

¿QUÉ PASO??... ME CANSE...


El camino de la santidad se vuelve insípido para aquellas almas que decididas comenzaron a dar sus primeros pasos por tan  celestial camino.

Cuando sin pensar nos dejamos seducir por la sensualidad, el dinero, la fama y el poder...hemos comenzado a alimentar nuestra alma con el perfume venenoso del pecado.

Llega el momento que la delicadeza poseída se vuelve vulgar y chabacana.

Que el vocabulario usado se vuelve mal sonante, atrevido y de mal gusto.

Que las posturas y los gestos de un alma que buscaba a Dios, ahora delata la corriente del paganismo, del egoísmo y de la soberbia más refinada.
    
Es tan fácil desviarnos del camino de santidad, para enlodarnos con el barro de la mediocridad y la vanidad.

Es tan fácil convertir las santas prioridades en falsas y peligrosas prioridades que el mundo, la carne y el enemigo de las almas sutilmente van apoderándose de la razón, del corazón y de la voluntad.

El hogar que era luz se vuelve tinieblas, porque el alma a comenzado a gustar de las tinieblas.

Ah, pero se menciona a Dios, se habla de Dios, pero de un Dios acomodado a nuestras nueva vida.

Un Dios que no tiene derecho a exigir, a amonestar y a aconsejar.

La fe se ha vuelto licuada a nuestra conveniencia.

¿Los hijos???  ¿El esposo??? Poco a poco van cediendo el lugar, en el corazón, que ha comenzado a ceder a posturas, modas, diversiones amores, sueños e ilusiones que van endureciendo la voluntad y cegando la razón.  El egoísmo comienza a reinar.


Si es muy fácil dejarnos seducir por el mundo, la carne y el enemigo de las almas.

Descuidada la vida de oración, vamos dando pequeños pasos hasta alejarnos de todo y de todos que sean noticia de Dios, porque nos estorba en el camino que hemos elegido.

Cuando nos alejamos de Dios por caminos equivocados, Dios nos deja tocar fondo. Pero que peligroso es esto cuando tenemos un hogar tan bendecido... podemos perderlo todo.

Dios nos proteja de dejarnos seducir por el camino de las tinieblas que se presenta tan sabroso, tan deslumbrante y de tantas promesas de felicidad...felicidad que conlleva afear el alma.

Hoy nuestra oración  sea meditar donde estamos paradas y el valor eterno que conlleva caminar con pasos firmes y seguros por el camino de la santidad.


He recibido una enorme sorpresa que me ha causado un dolor inmenso. Solo Dios sabe el dolor que me ha causado esta pequeña hija espiritual, que se ha salido del camino de santidad y de mis manos.  Solo queda orar, orar, orar, y orar. Esperar en el tiempo de Dios y confiar en nuestra amada madre celestial...Ella es la gran intercesora... Ella ayudara a esta pequeña a regresar al redil divino, a los brazos de Dios...porque ella a nacido para el Cielo...


Desde la Soledad del Sagrario

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