lunes, 3 de octubre de 2016

Ora...ora...ora...y no te desesperes...


Hoy vino a mi mente tantos matrimonios afectados por la infidelidad. No sé, quizás esta pobrísima oración que escribo, pueda ayudar a alguien que está sumergido en angustias y dolor. Quizás puedan decirla ante el Sagrario, o ante la imagen de nuestra madre Celestial, o simplemente cerrar los ojos, decirla ante el Trono de la Divina Misericordia. Dice así:


"Inclina tu oído, mi Señor, escúchame, salva mi matrimonio, mi Dios. Mira que se desmorona mi Iglesia Doméstica. Sálvanos, mi Señor. Te lo pido con toda mi alma. Te lo suplico, mi Jesús 


Gracias, mi Jesús, por escucharme. Dame Señor tu fortaleza para seguir perseverando, sin dejarme caer por las heridas que recibo. No es fácil, pero contigo y la Mater, de estas ruinas, puedes sacar piedras vivas que te glorifiquen en esta, mi Iglesia Doméstica."

Desde la Soledad del Sagrario

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